Hace muchos días que sentimos hablar de transgénicos, pero, ¿sabemos de qué hablamos realmente?
¿Los rechazamos por miedo a lo que no conocemos o porque lo que ellos suponen nos preocupa? Personalmente pienso que es porque no sabemos de qué se trata y ante situaciones de este tipo, es fácil caer en el discurso alarmista y de rechazo. Y la muestra de esto es que la mayoría de los investigadores y entendidos en estas cuestiones no encuentran argumentos por posicionarse en contra.
Una organización profesional agraria catalana (el JARC) decía a este respecto: queremos aportar nuestro grano de arena y por esto consideramos importante que se sepa qué es una planta transgénica. Se trata de una planta en la que se ha modificado uno de sus genes para que pueda desarrollar una respuesta concreta. En el caso de las plantas transgénicas -el maíz es el único cultivo autorizado en España- esta modificación se hace de manera dirigida y afecta a un número de genes perfectamente identificados. El resultado es una variedad prácticamente igual que la que no es OGM, pero con las ventajas que supone la incorporación del gen modificado. Parece una definición sencilla y ajustada a la realidad. Y se que con los transgénicos no hay para tanto como algunos grupos radicales quieren hacernos creer.
Domingo Martínez Madrid