El Tribunal Europeo de Derechos Humanos ha vuelto a ratificar, una vez más, que no existe un derecho al aborto que dimane directamente de los tratados internacionales en materia de derechos humanos y que, por tanto, no se puede exigir a ningún Estado que legalice el aborto.
Este pronunciamiento del Tribunal de Estrasburgo pone de manifiesto la enorme mentira de la legislación española de 2010 sobre el aborto, que se presenta a sí misma en la exposición de motivos de la Ley como si la misma fuese una aplicación en España de lo que prevén las normas internacionales. Por otro lado, esta sentencia de Estrasburgo ratifica una vez más que una eventual nueva mayoría política en España, si lo desea, puede derogar el aborto volviendo a proteger la vida humana desde la concepción, sin por ello oponerse a ninguna norma internacional en materia de derechos humanos.
Pienso, Sr. Director, que es conveniente recordar a este respecto que legalizar el aborto o prohibirlo es, en el esquema jurídico actual, una opción política de cada Estado. De ahí que la sociedad tiene todo su derecho a exigir que se derogue la actual legislación permisiva del aborto y sea sustituida por una normativa protectora del Derecho a la vida y los recién nacidos y del Derecho de la mujer a recibir todo el apoyo necesario para su maternidad.
Jesús Martínez Madrid