Para la izquierda cultural española esta es la ocasión de vender un mito, en un momento en que las encuestas indican un presumible empate técnico entre el PSOE y el PP.

Sr. Director:

Hay quien dijo que en nuestro mundo ya no existían los hechos, sólo las interpretaciones.

Con la victoria del demócrata Barack Obama se produjo demasiada carga de política simbólica y demasiado poco realismo en algunas de esas interpretaciones. Encaja en la lógica del gobierno de Zapatero aprovechar estas victorias ajenas para proponer mejores relaciones con el Gobierno americano, pero los deseos no deben confundirse con la realidad, lo que hay que hacer es trabajar el día a día.

Por otra parte, la identificación entre la propuesta de Obama y el progresismo radical, que algunos medios hacen en España, no hace cuentas con la realidad. Para los americanos este cambio supone un renovado ejercicio de confianza, una novedad frente a la compleja y muy desgastada trayectoria de la administración Bush, pero sobre la base de la unidad nacional y de sus principios fundacionales.

Para la izquierda cultural española, sin embargo, esta es la ocasión de vender un mito, en un momento en que las encuestas indican un presumible empate técnico entre el PSOE y el PP, un empate en la desorientación sobre cómo afrontar el futuro, más que otra cosa. Pero conviene advertir que la mirada al sueño americano no debe ser nunca una mirada miope, y menos aún ideológicamente interesada.

Jesús Martínez Madrid

jdmezmadrid@gmail.com