Si no consiguen resultados positivos, sus directores deberán de dimitir
La ley de la radio y la televisión de titularidad estatal establece la conversión del antiguo Ente Público en corporación, es decir, una sociedad mercantil cuyas acciones serán adquiridas por la SEPI, según acordó el Consejo de Ministros del pasado viernes. La actividad de la corporación comenzó el pasado 1 de enero tal y como establecía la ley, tras completar los trámites de ampliación de capital por valor de 1.510 millones de euros, desembolsados por la aportación de activos y pasivos de igual cuantía. Por supuesto, ese mismo día, el Ente entró en estado de disolución-liquidación. Pasado el período de la liquidación ordenada, se procederá a la extinción del Ente. Eso sí, la Ley establece que el Gobierno proveerá al Ente de los fondos necesarios para desarrollar la liquidación de manera ordenada.
Pero faltaba que la SEPI entrara en el accionariado de la nueva corporación. Y eso es lo que se aprobó el pasado viernes. La SEPI adquirirá 302 millones de acciones que hasta ahora eran propiedad del Ente. Además, se autoriza al Ente para que enajene aquellas acciones de las que es titular la SEPI.
A partir de ahora, la novedad más importante es que siendo corporación y no Ente, se limitará el acceso a los créditos extraordinarios. Si los actuales directores no logran cuadrar las cuentas, deberán de financiar el agujero con ampliaciones de capital, es decir, más dinero del Estado, contabilizándose en los PGE.
Pero es que además, según recordó recientemente el primer presidente de la corporación TVE, Luis Fernández, en caso de que la empresa no alcance los números negros, el actual equipo de gestión deberá dimitir. Anoten este detalle porque mucho nos tememos que la corporación cerrará con pérdidas y que Fernández reinterpretará la normativa.