Sr. Director:

Me ha parecido mal que se difunda el video Amo a Laura como forma de ridiculizar la castidad y fidelidad previa al matrimonio. Los que hemos mantenido dicha fidelidad sabemos que la castidad no es una cosa ni cursi ni ñoña, sino que deriva de nuestra fortaleza y nuestra auténtica masculinidad y feminidad. Si quieren fomentar las relaciones prematrimoniales, entonces deberían explicar que éstas están más extendidas entre los jóvenes mimados, caprichosos y faltos de voluntad.

Pero más me extraña aún el interés que algunos tienen en ridiculizar la castidad: ¿es porque hoy se valora más la experiencia? Del éxito de este video tenemos que deducir una respuesta positiva: que los jóvenes de hoy prefieren que sus parejas lleguen al matrimonio bien entrenados por la sucesión de compañeros sentimentales que hayan tenido hasta entonces. Ya me imagino la escena... al terminar la ceremonia matrimonial se acercan los amigos del novio y le dicen: ¡no te preocupes que a Pili ya te la hemos entrenado a conciencia todos nosotros cuando salíamos con ella!; o la amiga íntima de la novia le dice mientras la besa: ¡te llevas una joya que funciona muy bien, todas las chicas de la pandilla lo hemos comprobado!.

Pues si esto es lo que quieren nuestros jóvenes, esto es lo que van a tener... aunque no me extraña que en estas condiciones el matrimonio les dure tres meses.

José Alberto Fernández

jalbertofl@terra.es