La actuación se produce en contra de su mandato. Pero se realiza. Además de "condones" de emergencia para las zonas devastadas por el maremoto del sudeste asiático, el Fondo de Población de Naciones Unidas ha aprobado una partida para destinar "kits abortivos hacia las zonas afectadas. Se trata de aspiradores y dispositivos abortivos, y fuentes del organismo internacional señalan que podría disponer de hasta 300 "kits para 34 destinos. Cada uno de ellos podría atender a núcleos de población entre 10.000 y 150.00 personas durante tres meses.
Algunos tienen una visión muy particular de "ayuda". Tan particular como el espíritu "caritativo" de Ramona Maneiro, la amiga de Ramón Sampedro, a quien ayudó a morir. Pero lo que estos países necesitan es ayuda para seguir adelante, no para acabar con los más indefensos. La salida es fácil, pero falsa, porque el Síndrome post-aborto pasa factura. Y el nasciturus no tiene la culpa de la catástrofe. El envío de kits abortivos es una muestra de una humanidad que ha perdido la esperanza en un mundo mejor y que opta por ahorrarle el sufrimiento al que está por llegar. ¿Por qué no hacen algo por ofrecer una oportunidad a ese bebé?