Sr. Director:

Aún recientes las fiestas de Semana Santa y el desgraciado caso "Chantal Sébire" reclamante de la eutanasia, y ya otra ciudadana francesa pide morir con dignidad. Quitar la vida a alguien jamás será digno y el que muere es una víctima del desconsuelo humano. Si la muerte de Cristo nos enseña a aceptar el dolor y darle un valor salvífico, legalizar la eutanasia es caer en un doble error: pensar que con la muerte se acaba el sufrimiento (el destino de las almas en el purgatorio o en el infierno no se los deseo a nadie) y creer que Jesús nos abandona en los momentos malos.

Sólo Dios da verdadero consuelo a los que se abandonan en Él, de otra manera caen en la desesperación que es el más terrible de los sufrimientos.

Clara Jiménez

clarajim33@gmail.com