El semanario The Economist informa que un tercio de estos abuelos, cabeza de familia, no habían terminado la enseñanza secundaria y que el 62 por ciento no habían pasado por la universidad. El 70 por ciento sobrepasaba los 50 años, mientras que el 70 por ciento de los menores tenía alrededor de 11 años.
La comunidad afroamericana es de las más golpeadas. Si bien de los menores de 18 años, un 70,9 por ciento de los que son hijos del cabeza de familia son blancos y un 13,3 por ciento negros (porcentaje similar al de negros en el conjunto de la población), en el caso de los nietos del cabeza de familia, el 48,6 por ciento son blancos y el 32,3 por ciento son negros.
La Academia Americana de Psiquiatría para Niños y Adolescentes explica las causas de esta sobrecarga para los abuelos: aumento de familias con un solo padre, alta tasa de divorcios, embarazos de adolescentes, incapacitación de los padres por prisión, alcoholismo, consumo de drogas, violencia doméstica o negligencia paternal.
Los abuelos se enfrentan al desgaste psíquico y físico que les supone fatigarse con chicos especialmente difíciles por provenir, la mayoría, de hogares rotos o conflictivos.
Existen programas dirigidos a la ayuda de los abuelos que deben educar a sus nietos. El servicio más demandado es una prestación económica para que puedan contratar un asistente temporal durante las vacaciones. Aparte de estas ayudas, deberíamos erigir un monumento a los abuelos.
Clemente Ferrer Roselló
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