Hoy se celebra, en todo el mundo, el Día Internacional de las Personas Mayores.

 

Las personas ancianas que son hospitalizadas, una vez vencido el padecimiento, los emparentados los dejan en las clínicas aseverando que no se pueden hacer cargo de ellos. El Grupo Júbilo, adalid en información sobre personas mayores, ha preparado un estudio en el que puntualiza los ingresos, no precisos de ancianos en los hospitales, de modo especial, en el tiempo de vacaciones estivales.

Sin embargo, el esmero de los familiares en las policlínicas, son de vital importancia. Los hospitales no están acondicionados para los vigías que se mantienen junto a sus parientes dolientes ya que, la mayoría de ellos, padecen un estrés cerebral, durante su estancia en el sanatorio.

Recientemente ha acaecido que el empresario de una residencia de ancianos trasladaba en su furgón a siete octogenarios, cinco fueron integrados en el hogar y dos permanecieron relegados en el automóvil. Tenían 81 y 87 años de edad y padecían demencia senil. Doce horas después fueron localizados sin vida. Las autopsias estipularán si han muerto por deshidratación o por falta de medicamentos.

Por otra parte, en el año 2050 seremos unos 10.000 millones los pobladores de todo el orbe, según el Foro de Expertos de Alto Nivel Cómo alimentar el mundo en 2050. Según una investigación de la FAO: será necesario invertir más de 64.000 millones de euros, cada año, en el cultivo de los páramos de los países en vías de desarrollo, si se quiere tener comida suficiente. Los recursos naturales no son tan reducidos como advertía Malthus que mantenía una teoría en la que hay que adaptar la población al ritmo del crecimiento de los recursos, pero realmente ha sido a la inversa, lo demuestran los hechos y las cifras. La población ha crecido cuando ha habido recursos suficientes para alimentarla. Además, los procesos de transformación culturales y tecnológicos pueden tener un fuerte impacto en la capacidad de la población, para mantenerse a sí misma. El grave gazapo de los malthusianos consiste en no comprender que el ser humano es diestro para forjar recursos gracias al avance de las nuevas tecnologías.

Por último, es significativo aclarar que el 98% de los muertos de hambre vegetan en países en vías de desarrollo, y que dos tercios se juntan en siete países; Bangladesh, China, Congo, Etiopía, India, Indonesia y Pakistán. El bien común exige que los países opulentos ayuden a los indigentes.

Clemente Ferrer

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