La crisis de valores hace mella en uno de los países más pujantes de Hispanoamérica

El número de jóvenes suicidas mexicanos ha pasado de los 2.700 en 2003 a 4.394 en 2009. Es decir, un aumento de casi un 40% en los últimos cinco años, según un estudio de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) recogido por Gerardo Enrique Garibay en Yoinfluyo. El mismo estudio revela que en los últimos 17 años la proporción de menores suicidas se ha triplicado hasta alcanzar el 42.6% en 2007.

A medida que avanza en su desarrollo económico, México está experimentando un fenómeno que se considera propio del primer mundo. No obstante es un país de contrastes, en el que se pueden encontrar chabolas en los alrededores de una capital en la también hay niños fresa (pijos) enloquecidos por imitar a sus ídolos de la serie Rebelde.

¿Chicos normales? Muchísimos, claro, pero, como destaca Garibay en su artículo, en México la crisis de valores está haciendo mella. Del extremo de la lucha por la vida en que se encuentran los más pobres se ha pasado a la pérdida del sentido de vivir cuando no al desprecio de la propia existencia. Los sucesivos gobiernos anticatólicos no han logrado acabar con la devoción de los fieles, que acuden en masa a diario a la Basílica de Guadalupe. Sin embargo, ser una de las economías más pujantes de Hispanoamérica ha facilitado también la entrada del materialismo como un huracán.