En la primera jornada de la convención de inversores de Telefónica, César Alierta anunció que mantendrá el dividendo de 1,75 euros por acción en 2012. En la segunda jornada, celebrada este jueves, Guillermo Ansaldo, consejero delegado de Telefónica España, anunció el recorte de un 20% de su plantilla mediante "medidas de reestructuración" que afectarán en España a 5.600 trabajadores en los próximos tres años. La compañía estudia nuevas iniciativas para aumentar la "flexibilidad y la productividad" entre las que contempla una nueva externalización de servicios.
Decisiones que, en definitiva, buscan satisfacer a los inversores congregados en Londres para evaluar a Telefónica. El dios mercado exige sacrificios y la reducción de plantilla gusta porque equivale a una mejora de los resultados y, sobre todo, de la rentabilidad del dividendo.
Además, Ansaldo hizo pública otra de esas medidas que gustan a los analistas: la venta de activos por valor de 600 millones de euros. No obstante, la bolsa está este jueves de capa caída (el Íbex cae un 2% en la recta final de la sesión) y Telefónica desciende un 1,25%.
En su intento por ganarse a los analistas, Telefónica se ha encontrado al Gobierno con el ceño fruncido. La noticia estropea las cifras a Valeriano Gómez, ministro de Trabajo, que le recordó a la compañía que "no es buen momento" para realizar despidos.
Mariano Tomás
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