- Ahora, la delegada del Gobierno quiere "modular" el derecho de manifestación.
- Antes, había respondido a la alcaldesa de Madrid que ella no podía prohibir las movilizaciones.
- Pero en realidad sí se pueden prohibir las manifestaciones cuando hay peligro de alteraciones de orden público con peligro para las personas y los bienes.
- Cifuentes, cuya dimisión pide la izquierda tras las movilizaciones del 25S, ya no puede jugar a ser la más progre de la clase.
Cristina Cifuentes, delegada del Gobierno en Madrid (en la imagen), ha cambiado de opinión sobre las manifestaciones. Y lo ha hecho después del enfrentamiento protagonizado estos días con Ana Botella, quien se quejó de su manga ancha para permitir manifestaciones.
Si en un principio respondió que el derecho de manifestación está protegido por la ley, ahora, tras los incidentes registrados el 25S, y tras las peticiones de dimisión, parece haber decidido que ya no le conviene jugar la carta de la progre del PP que se infiltraba incluso en el 15S para saber lo que pensaban.
La delegada de Gobierno en Madrid, en una entrevista concedida este martes a Radio Nacional, ha señalado que la ley que regula el derecho de manifestación y reunión es "muy permisiva y amplia", y ha planteado la posibilidad de "modularla" con el fin de racionalizar el uso del espacio público. De hecho, ha reconocido el argumento de Botella al afirmar que "Madrid es una ciudad complicada porque las manifestaciones son permanentes y su cifra desmesurada".
Así, ha asegurado que en lo que llevamos de año han tenido lugar casi 2.200 manifestaciones. La ley actual señala que se pueden prohibir las manifestaciones cuando hay peligro de alteraciones de orden público, o peligro para las personas y los bienes. Con modulaciones o sin ellas, Cifuentes dispone de los instrumentos necesarios para evitar el exceso de protestas que colapsan Madrid.
Mariano Tomás
mariano@hispanidad.com