El próximo 6 de enero celebramos la Epifanía del Señor, es decir la Anunciación de la Buena Noticia a todos los pueblos. Los hispanos lo celebramos con la entrañable llegada de los Reyes Magos. Esos reyes de Oriente que todos los años nos traen regalos por Navidad, aunque nos comportemos como los auditores de Enron...
Hay algunos escépticos que insisten en que los Reyes Magos no existen. Sin embargo, año tras año, la mañana del 6 de enero, nos devuelve la ilusión. Sus majestades Melchor, Gaspar y Baltasar han aguantado las embestidas de la potente industria cultural norteamericana que pretende imponernos a los hispanoamericanos ese invento de la industria de refrescos llamado Santa Claus. Los de Oriente, soportan estoicamente la presión comercial que trata de estirar el negocio duplicando los regalos navideños. A pesar de eso, la mayoría de los hispanos seguimos levantándonos con ilusión el 6 de enero. ¿Alguien soportaría la dura presión de la industria cultural y del comercio si no fuera Rey Mago?