El moderador anglosajón de la comunicación, OFCOM, vigila los canales destinados a la programación infantil. La visualización, durante un prolongado tiempo a esos espacios, podría perjudicar el desarrollo de las criaturas.
Las amenazas de la televisión niñera ya fueron prevenidas a través de una investigación gala que aseveraba que, estar horas delante de la televisión, quebranta a los bebés menores de tres abriles, al avivar la holganza, retardar la adquisición del habla, aumentar la zozobra, disminuir la reflexión y acrecentar la incidencia de los desarreglos en la dormida. Por todo ello, el Consejo Superior Audiovisual galo, prohibió a las cadenas de televisión dirigidas a los niños, realizar programas orientados a los críos.
Además, otras instituciones piden una campaña publicitaria que procure cambiar las conductas de muchos de los progenitores, que toman la televisión infantil como una niñera, colocando a los chiquillos delante de la caja tonta durante horas. No es aconsejable que la televisión sea empleada como baby-sitter o un medio de tener controlados a los niños.
Hay que lograr que la televisión sea más abierta, más libre y realizada desde la pluralidad y la diversidad. La televisión es una ventana abierta al mundo. Pero si queremos que beneficie a la sociedad, hay que eliminar los programas que manipulan a los niños.
Clemente Ferrer Roselló
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