Sr. Director:
Los términos matrimonio y familia tienen muchas aplicaciones, más o menos acertadas.

No obstante, anteponiendo los artículos el y la todos sabemos a qué se refiere, es a saber, el matrimonio entre un hombre y una mujer forma la familia, que recibe con gozo a los hijos nacidos o adoptados en su seno, a los que tienen que preparar para su salida del nido, lo cual supone una aventura tan apasionante como dilatada en el tiempo, no sin esfuerzo, y contando con errores y fracasos.

Por ello, las leyes que banalizan el matrimonio y propician su corta duración atentan contra la familia, -el primer activo de una nación- porque educar a un niño/a no es cosa de un día al año, o un regalo, o un viaje,  pues -como dijo en Valencia Benedicto XVI- Ojalá que los hijos contemplen más los momentos de armonía y afecto de los padres, que no los de discordia o distanciamiento, pues el amor entre el padre y la madre ofrece a los hijos una gran seguridad y les enseña la belleza del amor fiel y duradero.

Amparo Tos Boix

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