Los parqués siguen sin superarlo.
Durante la semana, los mercados europeos y mundiales han sufrido un maremoto que ha hecho temblar los cimientos. El temor a una nueva recesión mundial ante la presentación de previsiones desfavorables para la economía global, así como los malos datos de la economía estadounidense han provocado caídas en la Bolsa que en días previos llegaron a ser del 4 o del 5%.
Pese a que parecía que se había tocado fondo, no parece que la cosa sea así, ya que este viernes la Bolsa española ha seguido cayendo un 2%, acercándose a los 8.000 puntos y agudizando así las pérdidas anuales que presenta el Ibex 35, que ya son cercanas al 18%. El único consuelo ante estos datos es que la prima de riesgo española no se ha dejado llevar por esta tendencia negativa y se ha mantenido alrededor de los 290 puntos -lo que sigue siendo muy peligroso, todo hay que decirlo-.
Las caídas se han ido acumulando estos últimos días, de manera que durante el mes de agosto se han alcanzado mínimos de hace dos años. Y es que parece ser que las propuestas lanzadas por Merkel y Sarkozy, más que tranquilizar a los mercados, los ha deprimido y como últimamente viene siendo habitual, la banca es uno de los sectores más afectados.
Juan María Piñero
juanmaria@hispanidad.com