El ejercicio fiscal de British Airways (BA), que terminó el 31 de marzo, no ha podido resultar peor, según el consenso de mercado. La aerolínea británica -que posee el 13% de Iberia y de la que Iberia posee un 10%- presentará unos números rojos por encima de los 250 millones de euros. Hablamos de los últimos doce meses, pero, aunque todo el mundo sabe que el primer trimestre del año es el peor para el sector, los analistas predicen que las pérdidas del periodo enero-marzo alcanzan los 340 millones de euros.
La compañía presentará un plan de ajuste, otro más, para que la acción no se despeñe en bolsa, pero en el caso de BA lo más importante es el déficit del fondo de pensiones que, a 31 de marzo, la propia empresa evaluó en 4.000 millones de euros.
Por tanto, tanto BA como Iberia están de acuerdo en aparcar sine die, aunque oficialmente mantienen el proyecto, el proceso de fusión de ambas compañías, eso sí, potenciando su alianza comercial de código compartido y pujando con idéntico entusiasmo por el acuerdo antitrust -más bien pro-trust- con American Airlines para el Atlántico norte.
Pero nada de fusión. Ahora lo importante es volver a los números negros, cada uno por su lado, y la reducción de pasajeros se lo va a poner difícil.
Eulogio López
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