Lean el teletipo de la agencia Europa Press:
El grupo suizo Novartis y el alemán Schering retrasarán la petición de aprobación de su anticancerígeno experimental PTK/ZK hasta principios de 2007, después de los resultados inconcluyentes de un estudio, indicaron hoy en un comunicado.
Este anuncio provocó una caída del 13% en las acciones de Schering a las 12:10 horas en el parqué de Frankfurt, hasta 51,08 euros, mientras que Novartis se dejaba un 2,22% en la Bolsa de Zurich.
Este estudio, sobre la eficacia del medicamento en combinación con la quimioterapia, ofreció resultados significativos en los análisis locales, pero no así en una revisión posterior, en la que no alcanzó datos relevantes desde el punto de vista estadístico.
"En colaboración con Novartis, seguiremos estudiando el potencial de esta nueva terapia en el tratamiento del cáncer colorrectal metastático y otros tumores sólidos y malignidades hematológicas", afirmó el presidente de Desarrollo de Schering, Marc Rubin.
El asunto tiene su enjundia, porque hasta ahora los grandes laboratorios no querían mancharse las manos trabajando conjuntamente con las multinacionales de la contracepción, la mayor de las cuales son los laboratorios alemanes Schering. Ahora, los suizos de Novartis han roto este pacto no escrito, por el que firmas autodenominadas serias, como Pfizer, Glaxo, Sanofi (se deshizo de la patente de la píldora abortiva), Novartis o Merck Sharp & Dohme, se negaban a trabajar con laboratorios suizos, como Echerng, Wyeth, Alzo, Johnson & Johnson, etc.
En cualquier caso, Schering, cuyos beneficios se han multiplicado en los últimos años gracias a la contracepción (especialmente, gracias a los programas gratuitos de las distintas administraciones públicas para fomentar el anticonceptivo entre la juventud), pretende ahora limpiar su imagen entrando en la línea de productos anticancerígenos.