Llamazares ya ha dicho que le produce "nausea" la subasta electoral en la que estamos inmersos. Su propuesta fiscal es la contraria de la que plantean todos los partidos. En su opinión, la presión fiscal en España es más baja que en los países de nuestro entorno, por lo que hay margen de subida. ¿Cuánto? Un 5%, lo que nos diferencia de la media comunitaria. Por supuesto, además de esta me3dida propone avanzar en el camino de la fiscalidad verde y de la lucha eficaz contra el fraude fiscal. La economía sumergida sigue situándose en el 20% de nuestro PIB. En su opinión, las rebajas fiscales en momentos de crecimientos fueron una "frivolidad y populismo", pero plantearlas ahora es una "temeridad"
¿Para qué quiere más dinero Llamazares? Para hacer política social. Según sus cálculos el gasto social medio de España se sitúa en el 60% de la media de la UE, por lo que es necesario avanzar en la convergencia. "Pasar del medioestar al bienestar". Señala que esto estaba en el programa del PSOE de 2004, pero nunca se cumplió. Pero sobre todo censura que el PSOE haya renunciado a esta asignatura pendiente en el programa con el que se presenta a estas elecciones. "Estamos muy lejos del objetivo y es el aspecto identitario de la izquierda"
Otras propuestas son:
- Que el BCE se preocupe no sólo de la inflación, sino también del empleo y de la cohesión social
- Revisar el Plan de Infraestructuras porque el actual es "constructivista". La apuesta por la alta velocidad es alocada y no nos ayuda ni siquiera a compensar el déficit constructor.
- Potenciar una industria sostenible como la "puntera" industria medioambiental
- Fiscalidad: Cumplir con el mandato de progresividad porque en su opinión, ahora es "proporcional" y nuevos instrumentos de "fiscalidad ecológica"
- CCAA. Rechazo de la supresión "unilateral" de impuestos
- Educación: Avanzar hacia la pública. En Europa la pública y mejor dotada sale mejor en los rankings
- Sanidad: más recursos para implantar los cuidados paliativos y reducir las listas de espera
- Inversiones en el exterior. No somos tan dirigistas como para determinar las políticas de las multinacionales. Pero en América Latina deberían de compaginarse los legítimos intereses empresariales con el compromiso social. Sugerimos que se incorpore a la política exterior para la que la diplomacia de los intereses y de los valores sea compatibles y eliminemos las actuales "aristas"
- Empleo: No está en manos del gobierno crear empleo, pero sí mejorar su calidad. Es escandaloso que la precariedad afecte más al sector público que al privado. El 50% del empleo temporal está en fraude y habría que suprimir algunas figuras que son fraude en sí mismas.
- Suelo. Las plusvalías deberían ser públicas, como ocurre en los países europeos.
- Financiación local. Deberíamos pasar de un 10% de los recursos actuales a un 17% compartiendo figuras estatales y permitiendo que la autonomía fiscal no les haga depender del suelo.