Cuando el día 5 de agosto el Cardenal Rouco Varela declara que "el parlamento se desborda si no se puede predicar en España la Palabra de Dios" y el obispo de Almería denuncia una campaña "sistemática de persecución contra la Iglesia Católica" es que algo falla en la sociedad o en nuestros gobernantes.

 

Muchos pensábamos que la persecución y muerte contra los cristianos sólo existían en los pocos países comunistas que aún quedan o en algunos lugares donde el fundamentalismo musulmán lleva las riendas, pero... ¿en la católica España, cuya historia no se puede concebir sin la aportación cultural, artística, espiritual, misionera o arquitectónica de la presencia bimilenaria de nuestra religión?

 

Por favor, señores políticos del partido gobernante, respeten la libertad de expresión y la democracia, incluso para los que somos católicos y nos oponemos a la eutanasia, el aborto o las bodas gay. Nuestra fe viene de Jesucristo, el Señor de la vida y de la libertad integral del hombre.

 

Juan Francisco Fernández

 

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