Adjunto unos datos sobre nuestro país vecino que, como en muchas otras ocasiones, han sido silenciados en muchos medios.
En Francia, país de 65 millones de habitantes en el que sólo 3 millones van a misa los domingos, este año se han bautizado 3.000 adultos en la noche de Pascua. Dos de cada tres nuevos cristianos adultos son mujeres. Un tercio de ellos lo hacen cuando tienen entre 25 y 35 años.
Por lo general, aproximadamente la mitad de ellos vienen de familias culturalmente católicas pero sin fe, que por razones ideológicas o de otro tipo no fueron bautizados de niños. Otro 25% viene de entornos que nunca han tenido ninguna ligazón con la Iglesia, militantemente ateas o totalmente desvinculadas de la fe. El 25% restante llega de otras religiones, sectas o situaciones muy diversas.
Además de estos bautizos de adultos, hay otro indicador que mide el retorno a la fe o el ingreso pleno en el catolicismo de personas adultas: las confirmaciones. La solicitan de adultos unas 2.000 personas cada año, a añadir a los recién bautizados.
Por otra parte, en Estados Unidos, son millares los nuevos católicos que se han incorporado a la Iglesia con la celebración de la Pascua. Como es tradición, durante la Vigilia los catecúmenos han recibido el bautismo, la confirmación y han comulgado por primera vez. Aquellos candidatos que ya estaban bautizados en una tradición cristiana cuyo bautismo es reconocido por la Iglesia hacen una profesión de fe y reciben la confirmación y la Eucaristía.
Pero todos han seguido lo que se conoce en Estados Unidos como Rito de Iniciación Cristiana de Adultos, un proceso de conversión y estudio de la fe católica.
Sólo en la archidiócesis de Nueva York, los nuevos católicos han sido 1.470, en la diócesis de San Diego, 1.278, en la de Galveston-Houston, 2.391. Es decir, que prácticamente cada diócesis ha incorporado una nueva parroquia durante la celebración Pascual.
Considero que lo que algunos laicista y medios por ellos sustentados están haciendo, caso obispo de Alcalá de Henares, es "tirar pelotas fuera" y que la opinión pública piense que eso de los católicos es un problema retrogrado y ancestral. Los datos anteriores nos muestran que nada más lejos de la realidad, es la otra realidad.
Mercedes Alenza