En la festividad de san Joaquín y santa Ana, padres de la Virgen, recordamos el papel tan importante de los abuelos.
En todas las culturas a lo largo de la historia la figura de los abuelos ha sido altamente valorada, respetada y protegida, porque transmiten experiencia a sus nietos y les inculcan valores. Esta función es especialmente importante en la actualidad, ya que al pertenecer a una generación en que había menos divorcios y más familias numerosas, los abuelos están en condiciones de ayudar a los padres y a los nietos a comprender principios hoy olvidados y, sin embargo, esenciales para una buena vida familiar.
Su experiencia en todos los órdenes es eso, un tesoro infinitamente superior a lo que ofrece hoy la sociedad de consumo, porque nos enseñan con otro lenguaje diferente y con otra visión sosegada de ver las cosas. Tuvieron una infancia y una juventud difíciles y aprendieron los valores evangélicos del amor fiel y del respeto a la persona. Mientras se valen por sí mismos y disponen de energías, constituyen la otra seguridad social, esa que nunca falla, porque tienen corazón y valoran la dignidad humana.
Mis hijos cuando nos reunimos en casa recuerdan a sus abuelos con mucho cariño, sobre todo a mi madre que al morir mi padre, compartía el mismo hogar, yo trabaja fuera de casa y era ella la que al volver ellos del colegio estaba allí, preparándoles desde la merienda, ponerse con ellos a enseñarlos a leer y sumar con mucha paciencia, antes de que se lo enseñaran en la escuela y luego antes de irse a la cama rezaba con ellos las primeras oraciones.
A nadie se le escapa que, hoy en día, la labor que desempeñan los abuelos ha adquirido una especial relevancia dado que, en muchos casos, los padres no son capaces de asegurar una adecuada presencia junto a los hijos, en la edad del crecimiento. Además, la crisis está poniendo de manifiesto que son los abuelos también quienes están contribuyendo con su generosidad a reforzar los lazos familiares y a articular verdaderas redes de apoyo y de ayuda mutua entre los miembros de la familia.
Como dice el psiquiatra Kornhaber, "la asignatura que imparte el abuelo no se enseña en ningún otro sitio".
Rita Villena