Sr. Director:
Con respecto a la noticia Un ingrediente de la píldora del día después previene el cáncer de mama, publicada el 1 de diciembre en el periódico El Mundo, quisiera hacer unas cuantas aclaraciones:
1)La píldora del día después no es lo mismo que la RU-486, tal y como se dice en la primera línea de la noticia. La RU-486, conocida como píldora abortiva, está compuesta por una sustancia llamada mifepristona, que tiene un efecto antiprogesterona. La mifepristona, a dosis muy inferiores, puede utilizarse como píldora del día después, pero no tiene la autorización para ello y no se utiliza como tal. La píldora del día después más utilizada contiene levonorgestrel y no mifepristona (www.unav.es/preventiva/sexualidad_fertilidad).
2) La periodista afirma que este hallazgo () echa por tierra la creencia mantenida en algunos foros de que la RU-486 aumenta el riesgo de desarrollar un tumor. ¿Se refiere a la mifepristona o a la píldora del día después? Porque los componentes de la píldora del día después sí que aumentan el riesgo de desarrollar algunos cánceres. Esta información se puede encontrar en revistas y foros científicos.
3) La noticia se basa en un estudio realizado con unos pocos ratones. Antes de concluir que la mifepristona previene el cáncer de mama, hay que confirmar los resultados en otros estudios y comprobar si ese efecto ocurre también en las mujeres.
4) Lo que han encontrado los investigadores es que la mifepristona impidió el desarrollo de tumores de mama en los ratones con un defecto en el gen BCRA-1. Un defecto en este gen predispone a la mujer que lo posee a desarrollar cáncer de mama y de ovario. Pero hay mujeres que no tienen ese defecto y sí desarrollan el cáncer.
Los autores del estudio concluyen que su hallazgo plantea la posibilidad de que los tratamientos antiprogesterona podrían ser útiles para prevenir el cáncer de mama en mujeres con la mutación del gen BCRA-1. Ante estos datos, no parece adecuado concluir que un ingrediente de la píldora del día después previene el cáncer de mama. El cáncer de mama es un tema suficientemente serio y merece tratarse con todo el rigor científico posible. La información que se ofrece a la población debería basarse en la mejor evidencia científica disponible. No caben interpretaciones subjetivas cuando se trata de la salud de las mujeres.
Cristina López del Burgo
