Las asociaciones de padres separados denuncian que las feminazis animan a las mujeres separadas a mentir: si alegan violencia de género tienen asegurados la custodia y patrimonio familiar
Las asociaciones de padres separados hablan de feminazis, y habrá que concluir que no les falta razón. Todo el aparato fémino-progre, vinculado o utilizado por el Gobierno Zapatero, se ha revuelto contra un informe del Consejo Económico y Social (CES) de la Comunidad de Madrid sobre violencia de género. La mujer autora del desaguisado se ha atrevido a referirse a que algunas mujeres utilizan la ley zapatista contra la Violencia de Género para obtener privilegios o para vengarse de sus esposos y compañeros. El País, naturalmente, se ha volcado en la campaña feminista contra el Informe.
Las feministas se ponen aún más tensas cuando la denuncia de las injusticias que se están cometiendo contra los varones con la ley en la mano, proceden de una mujer. Así, se produjo el linchamiento de la década de los Juzgados de Barcelona, María Sanahuja, cuando denunciaba el aluvión de denuncias falsas por malos tratos que se estaban dando en los juzgados, hasta el punto de convertirse en costumbre el hecho de iniciar cualquier proceso de divorcio. Montserrat Comas, Soledad Murillo, Pérez del Campo, Raimunda de Peñafort, Inés Alberdi y demás miembros del lobby feminista -administrativo o judicial- del Gobierno arremetieron contra Sanahuja con inusitada dureza.
En los últimos días hemos vivido el caso de una mujer que simuló lesiones, realizadas por ella misma, para librarse de su marido.