La Universidad ha estado plagada de carteles anunciadores sin que los bedeles hayan dado orden de retirarlos en pro del bendito orden que tanto gusta a la progresía elitista. Probablemente la dirección ha premiado la creatividad de los carteles, donde aparecía un tanque en el que estaba inscrito 18/98 y después en letras grandes Caza de brujas. Muy ilustrativo.
Participó en el encuentro Carmen Lamarca, profesora titular de Derecho Penal de la Carlos III, que se había ofrecido como abogada de los terroristas en el macrojuicio. Peces Barba la frenó y le amenazó con despedirla si proseguía en su intención. La imagen, es la imagen, Gregorio. Así que Lamarca, siempre pendiente de la hipoteca, desistió. Pero no se ha podido resistir a un organizar este sarao calificando de caza de brujas lo que deben de considerar cotarro judicial. Respeto de la independencia judicial, ya saben.
Lamarca estuvo acompañada de Amalia Alejandre, de la Asociación Libre de Abogados, una asociación tan libre que se permite calificar un juicio como caza de brujas. Ambas fueron arropadas por un autobús de batasunos que acudieron a presionar para el macrojuicio y para el juicio de Otegi que se celebra en la tarde de este miércoles. Y es que estos batasunos, una vez que alquilan un autobús, le sacan la máxima eficiencia posible. En fin, lamentable que una universidad que presume de puntera, se permita albergar a batasunos y abogados defensores de quienes se han reído permanentemente de la Ley. Y más llamativo todavía si quien rige esa universidad como si de una monarquía de tratara resulte ser nada menos que el Alto Comisionado. Cosas veredes, amigo Sancho.