Desde hace meses activistas provida se concentran en las inmediaciones del centro de abortos Dator para tratar de rescatar de la muerte a los niños que acuden en el vientre de sus madres al abortorio. Nunca son más de 20, ni actúan en formato manifestación. Pero están. Y cuentan en su haber con decenas de éxitos. Una alegría para la causa provida, un negocio menos para los dueños de Dator.
La actitud de los profesionales del abortotio siempre ha sido agresiva con los rescatadores. Pero la policía siempre se ha mantenido en un perfil institucional. Hasta ahora. Resulta que algunos de los rescatadores de las últimas semanas han recibido en sus domicilios denuncias de la subdelegación del Gobierno con multas de 600 euros por manifestación ilegal. Una sanción a todas luces injusta. En primer lugar no es manifestación porque -entre otras cosas- nunca han estado más de 20. Por tanto, no puede ser ilegal. Tampoco hay coacción a las chicas porque a nadie se le impide acceder al centro. Simplemente se le ofrecen alternativas más dignas a una distancia prudencial del centro. Pero da toda la sensación de que el acoso por parte del Gobierno empieza a no tener límites.