Aunque valorando positivamente que de EpC haya desaparecido la "expresa finalidad" de formar conciencias y la terminología y conceptos relativos a la ideología de género así como la filosofía de fondo de la teoría de la ética pública o democrática como imposición moral en la escuela, las asociaciones educativas consideran que "aún muchísimos padres de familia en España se han sentido agredidos en su derecho a educar a sus hijos por el diseño de EpC".
Parece claro que se tenía que haber rectificado "antes" porque se ha producido en la escuela "un conflicto innecesario".
Por ello, el presidente del Foro Español de la Familia aplaudió "el esfuerzo del Gobierno de excluir del diseño curricular los aspectos más claros de adoctrinamiento" de la asignatura pero van más allá y piden una reforma general "para que desaparezca definitivamente vista la polémica que ha generado".
En este sentido, señaló que algunos principios que las familias españolas "quieren que se tengan en cuenta" como que se respete "sin cortapisas, el derecho de los padres a la educación de sus hijos, que todas las leyes han cercenado".
También, "que se conceda una amplia autonomía a los centros para definir sus proyectos pedagógicos" y que se refuerce "la autoridad y la carrera profesional de los profesores". Y que "se excluya de la ley la nefasta pedagogía desde las reformas de los años 80". "Si la nueva ley contempla estas premisas, creo que el sistema educativo en España podrá caminar por una senda mejor", añadió.
A su juicio, "si se mantiene la asignatura como está diseñada, estará mal. Es un problema de concepto porque fue mal diseñada, con una carga ideológica brutal y es muy difícil cambiarlo" y explicó que aunque se pretenda enseñar conceptos como la Constitución, los Derechos Humanos o las instituciones europeas, "hay demasiadas asignaturas como para que haya que dedicar los conocimientos que se enseñan en otras materias". Se pronunció, además, sobre "la obligación de una enseñanza ideológica neutra, sin inducir opiniones sobre temas como el aborto". "Ahí está la prudencia y la honestidad moral del profesor".
J. Martínez