- El secretario general del PSOE insiste en su propuesta federal, pero deja claro que ha salido de la reunión igual que como entró.
- Sugiere un acuerdo PSC-CiU pero con un requisito que Mas no acepta: retirar la consulta y abrirse a reformar la Constitución.
- El portavoz catalán, mientras, valora el gesto de Sánchez: tiene ideas y las explica, no como el PP, "que sigue en el inmovilismo total".
- Pero añade, ojo: "No esperaremos sentados a que se pongan de acuerdo" el PP y el PSOE sobre el encaje constitucional de Cataluña.
- A Jordi Pujol, mientras, le patina lo que diga la oposición: mantiene en el 22 de septiembre la fecha de su comparecencia
- Los grupos presentan propuestas para una comisión de investigación, pero CiU dice que no prosperarán por una oposición dividida.
- La 'número dos' de Mas 'llega al delirio': la Generalitat invitará a observadores internacionales en la consulta.
Lo de Cataluña, su deriva y la consulta tiene ya rasgos valleinclanescos. Hoy los focos han estado en Jordi Pujol, después del rapapolvo de ayer martes del ministro Montoro y la petición de comparecencia del Parlament, y en el encuentro del líder del PSOE, Pedro Sánchez (en la imagen) con el president Artur Mas. Pero hay más fuegos de artificio, como algún detalle de cómo será la consulta.
De lo primero, Jordi Pujol, anunció ayer martes que comparecerá el día 22 de septiembre por el "alto voltaje político" previo -léase, la Diada-, no hay cambios. O sea que al ex president no le asustan ni las amenazas de una comisión de investigación sobre su 'pufo fiscal' ni las críticas de la oposición. Sólo ha dicho esta mañana lo siguiente: "Lo que tenía que decir lo dije en el comunicado". El PP, Ciudadanos, ERC e ICV ya han presentado propuestas para que se investigue el caso, pero no está claro que prosperen por aritmética parlamentaria. Es a lo que se agarra CiU para ponerla en cuestión.
Antes de entrar en el diálogo de sordos de Pedro Sánchez y Artur Mas, una chispita sobre la consulta, porque la vicepresidenta catalana, Joana Ortega, ha dado algún detalle que no tiene desperdicio. Todo está a punto para la consulta, que Artur Mas convocará antes del 24 de septiembre. Eso por un lado. Por otro, que "el mundo nos mira y el reconocimiento internacional vendrá de los observadores que nos quieran acompañar", ha dicho. O sea, invitará a esos observadores, como en Suiza, Escocia o Quebec. No contempla la suspensión de la autonomía catalana, sino que Mariano Rajoy atienda la voluntad de la Generalitat de alcanzar un acuerdo, como Escocia con el Reino Unido.
Dicho lo cual, todo encaja para interpretar el encuentro Sánchez-Mas de esta mañana. Se le ha escapado una frase a Sánchez, en la rueda de prensa posterior, que lo resume todo: "Salgo igual que he entrado". En otras palabras, le ha explicado todo: la propuesta federal del PSOE, la reforma de la Constitución para el encaje catalán, la inquietud porque se rompa España, la soberanía nacional ("que reside en el pueblo español"), su oposición a la consulta "porque es ilegal", etc., etc, pero "ha salido como ha entrado". O sea, Mas escucha pero no cambia una coma en su plan soberanista. Le encantaría, incluso, que el PSC garantizara la gobernabilidad si llega a un acuerdo con CiU -la sociovegencia-, pero eso es imposible: le ha puesto un requisito que Mas no acepta; que retire la consulta y se abra a reformar la Constitución.
Es lo mismo que ha dicho después de Sánchez el portavoz de la Generalitat, Francesc Homs, en su rueda de prensa, aunque ha añadido un subliminal ataque al PP. "Mientras el PSOE tiene ideas y las explica, el PP tiene el no como programa y sigue en el inmovilismo total y absoluto". Y ha dudado, por eso mismo, que el PSOE pudiera llegar a un acuerdo con el PP sobre la reforma constitucional. Conclusión: "No esperaremos sentados a que se pongan de acuerdo".
Mariano Tomás
mariano@hispanidad.com