Últimamente, la prensa mundial reseña el paso llamativo de algunos famosos al cristianismo o a la vocación religiosa.
Por ejemplo, la magistrado italiana, Serena Riguzzi, que colgó la toga para entrar en un monasterio de clausura de carmelitas descalzas, la conversión del guitarrista líder de la banda de heavy metal Megadeth, Dave Mustaine, la joven revelación del patinaje estadounidense en los JJ.OO. de Japón que descubrió su vocación religiosa en Fátima, o el giro de la actriz porno Claudia Kroll.
También el periodista italiano, Paolo Brosio, que después de años de desenfreno, sexo y droga, dio un giro radical a su vida gracias a la Virgen, o el creador de thrillers eróticos como Instinto básico o Showgirls, relata en su libro: Crossbearer: A memoir of faith" su conversión al catolicismo y el milagro de su curación.
Oscar Wilde no sólo afirmó: El catolicismo es la religión en la cual moriré, sino que arrastró hacia la religión a su hijo y a sus amigos Robbie Ross, Aubrey Beardsley, o John Gray.
Será para significar que la Cuaresma es volver a Dios, no importa el estado en el que uno esté ni la época en la que se viva.
Eva N. Ferraz