Pero las casualidades continúan: todos los jueces provenientes de la Asociación Profesional de la Magistratura votaron en contra del ley, alineados con el PP, mientras que los procedentes de la Francisco de Vitoria (¡Pobre fray Francisco!), Jueces para la Democracia, o la Unión Progresistas de Fiscales, por puro azar, aprobaron con entusiasmo el aborto.
La política, como digo, es muy complicada, pero muy simple: ya no hay izquierdas ni derechas sino gente que está favor de la vida y abortistas. El resto, de ahí procede. El resto de fronteras ideológicas se ha difuminado tanto que todos los calificativos, incluidos los del socialista o conservador, sobran: providas frente a aborteros. Todo lo demás viene por añadidura. Es una simplificación sí, pero lo de la vida no es simple: es sencilla y compleja.
Oiga, y lo que asusta un poco es que el estamento judicial, en le que se deposita la aplicación de los derechos del ciudadano (sólo hay una tiranía más insoportable que la de un dictador: la tiranía de los jueces) esté en manos de unos personajes que, al más alto nivel, se comportan con esta férrea disciplina de facción, de grupo, de partido, como si ninguno fuera capaz de pensar por sí mismo.
Eulogio López
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