Las ONGs dicen que la policía sigue persiguiendo a los inmigrantes aplicando cupos de expulsión.
Mejor no salir a la calle, La cacería sigue en marcha, Que no te vean por la calle que te detienen y te llevan a Comisaría, estas son solamente algunas de las frases que repiten constantemente los inmigrantes sin papeles que circulan por las calles de España. Y es que según denuncian las ONGs Asociación de Sin Papeles de Madrid y Ferrocarril Clandestino en los últimos días se han documentado más de 70 casos de ciudadanos que han sido víctimas de controles selectivos racialmente orientados. La mitad de ellos ha tenido lugar después de que el mismísimo Rubalcaba supuestamente pusiera fin a estas prácticas que en su momento levantaron una enorme polémica al establecerse cupos de expulsión de emigrantes.
Lo que no podía prever el ministro del Interior es que tuviera que intervenir de manera directa en una de esas detenciones que según la Policía Nacional obedecen simplemente a objetivos delincuenciales.
Los hechos a los que nos referimos sucedieron tiempo atrás cuando dos agentes del Cuerpo Nacional de Policía pidieron la documentación a una ciudadana en una céntrica calle de Madrid y no eran conscientes de la que se iba a liar en unas pocas horas. Ella no llevaba documentación. Estaba irregularmente en España pero los agentes han recibido órdenes de sus superiores de apretar al máximo y tratar de localizar y detener al mayor número de inmigrantes sin papeles que puedan. La cacería está servida desde hace meses. Y esa mujer se cruzó en su camino.
Su detención se produjo a finales del pasado mes de abril en una zona cercana a la gran vía madrileña. Estaba en compañía de otra mujer que también estaba en situación irregular administrativa, sin documentos en vigor; es decir, ilegal.
A esta ciudadana, de un país sudamericano, la llevaron a la comisaría de la zona centro de Madrid, donde le consignaron los datos y le tomaron la reseña. Desde allí fue trasladada a las dependencias policiales de Moratalaz, donde el dispositivo policial de Madrid lleva a todos aquellos extranjeros que se encuentran en situación previsiblemente irregular.
Y allí es donde la brigada provincial de extranjería inicia los trámites para verificar si su situación es regular o irregular; si están pendientes de algún trámite de algún documento que en un futuro inmediato les permita regularizar su situación y estar legalmente en España. En caso contrario, se abre un expediente administrativo de expulsión cuyo último destino es la delegación de Gobierno, órgano ejecutivo encargado de firmar las expulsiones.
A ese centro policial fue trasladada la detenida. Al llegar, todos los detenidos por infracciones administrativas contra la ley de extranjería tienen derecho a realizar una llamada. La ciudadana realizó una llamada telefónica a su pariente más directa, a su hermana. La llamada fue recibida en la sede central del organismo del que dependen los funcionarios que atendían a la detenida: el mismísimo Ministerio del Interior. Su hermana es la que se hace cargo del servicio doméstico en casa de Rubalcaba.
Según explicaron a este diario fuentes sindicales de la Policía, la hermana le dijo a su «jefe» que su hermana estaba detenida. Buscó ayuda donde mejor podía dirigirse. Rubalcaba se interesó por el caso inmediatamente. Comunicó con mandos policiales de Madrid para que se interesaran por la detenida. En poco más de dos horas después de ser detenida, el propio responsable de las dependencias de Moratalaz donde estaba detenida se interesó directamente por la detenida. Tras escasas gestiones, la detenida quedó en libertad.
No obstante, los responsables policiales ya habían iniciado el trámite para que fuera expulsada de España ya que no tenía ningún soporte que le permitiera seguir en el territorio nacional. Según estas fuentes, la detenida quedó en libertad tras las gestiones del ministro porque tenía un familiar que respondía por ella. Apuntan estas fuentes como cierto que la mayoría de los inmigrantes indocumentados detenidos son puestos en libertad cuando tienen un domicilio estable al que dirigirse o un familiar que responda de ellos hasta que se resuelva su expulsión. Pero son pocos los que, estando detenidos, reciben las atenciones directas de los máximos responsables de extranjería y son puestos en libertad con tanta rapidez.
Correcto pero, cuando menos, feo.