Desde que se dio a conocer el anuncio no ha cesado la polémica. Los grupos que están a favor de la píldora del día después, han llorado la decisión, que razonan como un paso atrás para la "salud reproductiva" de la mujer. La propia FDA se ha declarado desalentada por la decisión del Departamento de Salud y Servicios Sociales (HSS).
La FDA han difamado a Kathleen Sebelius, secretaria del HSS, de colocar sus creencias religiosas a las demostraciones científicas, lo cierto es que la propia petición de la FDA se llevó a cabo a instancias de uno de los laboratorios, más importantes, que fabrican la píldora. Además de la industria farmacéutica, también ha pesado mucho la organización abortista Planned Parenthood. La necesidad de pasar por el facultativo es importante ya que la efectividad -evitar el embarazo- es un dato discutido: según los laboratorios farmacéuticos se acerca a un 90%, pero otros estudios la descienden a un 70%.
Los que impugnan la petición de la FDA, facilitar el acceso a la píldora a las adolescentes, incluida la secretaria del HSS, alegan diferentes posturas para justificar su petición. Unas tienen que ver con aspectos científicos. Sebelius ha aseverado que "no hay datos suficientes [sobre la inocuidad de la píldora] para apoyar la petición de la FDA".
El otro argumento consiste en que, al otorgar más libertad para la transacción de la píldora, se estimula la automedicación, lo que significa un mayor riesgo para las consumidoras adolescentes. Una investigación llevada a cabo por Family Health International, exhibe que, en grandes sectores de la sociedad, existe cuantiosa desinformación. Que la desregulación y la información por sí solas no ofrecen garantías suficientes. Esto lo demuestra el hecho de que muchos de los padecimientos de transmisión venérea, en Estados Unidos, aflijan a jóvenes menores de 25 años.
Por último, la American Life League, unida a la Pro Life Wisconsin y Pharmacists for Life Internacional Associate Groups, convocan a todos los defensores de la vida de Estados Unidos, para protestar por haber aprobado la pastilla criminal que asesina a criaturas débiles, inocentes e indefensas. La vida ya concebida pero no nacida es ya un ser humano y, por lo tanto, tiene todo el derecho a la vida, desde su concepción hasta la muerte natural.