"Usted comprenderá que como ministro de Defensa ya tengo suficiente charcos en los que mojarme". De esta manera contestaba José Bono a la pregunta sobre su posición en relación al indulto solicitado por el ex presidente del Gobierno, Felipe González, para Rafael Vera, habida cuenta de que él fue uno de los que acudieron a la entrada de la prisión a solidarizarse con el ex secretario de Estado de Seguridad.
Todo ello precedido por el "me alegro que me haga esa pregunta", claro. En fin, muy divertido salvo para Bono, a quien estar entre la espada y la pared no le hace excesiva gracia. A pesar de ello, esquiva las contingencias con soltura. Lealtad al presidente y ausencia de respuesta.
Por su parte, la vicepresidenta De la Vega volvió a no contestar sobre el indulto a Vera. "El Gobierno no puede ni debe manifestarse sobre un proceso que está en pleno recorrido. Cuando nos llegue, lo examinaremos". O sea, que el asunto comienza a inquietar, porque cada vez son más socialistas los que se suman a la solidaridad con Vera. Toda una "prueba del algodón" para conocer si el Gobierno ha pasado página de su pasado felipista o no.