Sr. Director:
Señor ministro del Interior, le recuerdo que su Ministerio fue creado para atender el orden público. Parece que con su iniciativa sobre el control de las actividades religiosas su mente confunde orden público con ordenar (controlar, vigilar, dominar,... etc) las conciencias. Me considero una persona humana libre y le aseguro que ni usted ni ningún otro personajillo me va hacer renunciar a mis derechos constitucionales por mucho poder que ¡crea tener!
Por cierto, no olvide que usted está donde está porque yo pago unos impuestos como el común de los españoles. Déjese de hacer experimentos demagógicos y haga su trabajo bien. Seguro que en sus departamentos hay muchas personas humanas que lo están haciendo excepcionalmente. Aprenda de ellos.
Severino Díaz
seved@wanadoo.es