Sr. Director:
La falsificación nacionalista de la historia se ha hecho presente de nuevo en la Diada catalana.

 

Los defensores de la Barcelona de 1714 no eran para nada independentistas, se sentían absolutamente españoles, combatían, literalmente, en defensa de la nación española y su líder, Rafael Casanova, pidió en su pregón a los barceloneses dar su vida por España. Tres siglos más tarde los nacionalistas catalanes han dado la vuelta a la historia como si fuera un calcetín y han convertido a aquellos que dejaron por escrito que luchaban por España en supuestos independentistas contra España.

Es un ridículo histórico monumental. Si Rafael Casanova, que siempre estuvo orgulloso de ser español, levantara la cabeza y se viera envuelto en el circo de gritos, insultos y banderas independentistas de todos los años se volvería a su tumba. 

Ana María Marco