Nueva rebelión de los grupos de izquierda (y de los nacionalistas catalanes) contra el PSOE. Al final, los socialistas han transigido, a través de una enmienda sobre la ley de morosidad. Se establece en 30 días el límite máximo para pagos a proveedores de productos perecederos, tanto para pequeños comercios como grandes superficies, sin distinción.

Esta era una medida exigida por los nacionalistas catalanes de CiU, siempre preocupados por su votante más fiel, el autónomo o pequeño comerciante. La medida es crucial por cuanto algunas grandes superficies, especialmente las de origen francés, utilizaban la demora en el pago a proveedores como instrumento financiero: cobrar del cliente antes de pagar al proveedor.