Sr. Director:
Extraordinario el artículo de ayer en el editorial del periódico ABC.
Lo dice muy claro y se entiende muy bien, porque efectivamente ¿quién ayuda a los más desfavorecidos de la tierra siempre que pasan por una situación tanto económica, de promoción social, de ayuda al enfermo, a los marginados, a las prostitutas, a todo el que se acerca a pedir ayuda?
Pues eso, la Iglesia y también la familia, que aunque digan que la familia está desapareciendo de eso nada, porque, quién no ha pasado o ha conocido a alguien que atraviese un mal momento y cuando los demás se desentienden, allí está la familia a la espera, cuando las puertas se cierran, siempre queda una abierta: la de los nuestros. Cuando alguno pierde el camino recto, sabe que un camino que le lleva a un encuentro seguro: su familia y no hay realidad más hermosa, es el mejor tesoro.
Desde luego, no es el Gobierno el que sale a la ayuda, el Sr. Zapatero en campaña electoral presumía de "me ocuparé de los más necesitados". En cuánto a la crisis que hoy padecemos más de lo mismo, primero que no tendríamos crisis y, cuando ya no podían negarlo decían: "la crisis la padecerán unos pocos".
Pues sí, que se lo digan a los parados, a los que no pueden pagar la hipoteca, a los pensionistas que no tienen para comer, a tantos y tantos que sufren las consecuencias de un mal Gobierno.
Hace unos días oía en un programa algunas entrevistas que les hacían a personas que entraban a uno de tantos comedores como hay en todas las ciudades de nuestra geografía y uno de ellos respondía: "parece que no, pero no vea como se nota que te den de comer, ya al menos podemos hacer frente a los gastos de la casa".
Y, termina el artículo de ABC: "La realidad es que el Estado no podría en este momento -y quizás en ningún otro- asumir la ingente tarea asistencial que lleva a cabo la Iglesia Católica con los más necesitados -una verdadera «política social»-, que cada día son más, aunque sólo se hable de bancos y empresas". Cierto, nunca mejor dicho.
Elena Baeza
bzvile@gmail.com
