Según la Dirección General de Supervisión del Banco de España, y tal y como figura en el auto judicial de Gescartera, a 31 de diciembre de 1993, Gescartera gestionaba a través del gigante bancario británico HSBC (el segundo banco del mundo, con una gran querencia hacia los paraísos fiscales) 673 millones de euros de sus clientes. Sin embargo, en 1999 esa cantidad ya se había reducido hasta los 21,5 millones.

 

Considerando que todos los implicados, y todas las fuerzas políticas, creen que fue el HSBC el gran instrumento de Antonio Camacho para quitar el dinero a sus clientes, hay que concluir que el escándalo Gescartera se fragua ya en tiempos del PSOE y durante la etapa de Juan Fernández-Armesto como presidente de la CNMV. Sin embargo, sólo Pilar Valiente, que accede a la Presidencia de la Comisión en octubre de 2000 y que es la que lleva Gescartera a los tribunales, pagó los platos rotos con una dimisión forzada por los intereses tanto del PSOE como del PP. Así se escribe la historia.