Interesante carta la del espléndido doctor José María Simón, presidente de Médicos Católicos, en defensa del fusilado monseñor Reig Plà.

Me ha gustado especialmente lo de que la homosexualidad no es probatura.

La valentía del obispo de Alcalá sólo merece elogios. De hecho, el lobby gay le va a llevar a los tribunales, que son los nuevos paredones donde se fusila al disidente, por "incitación al odio", lo que no deja de tener su coña. Reig ha aclarado que respeta a los homosexuales pero no está dispuesto a que le censuren: verdad con caridad, no silencio culpable.

Los médicos católicos recuerdan que la homosexualidad no es pronatura. Y así es: de hecho, la naturaleza no ha producido ciertos órganos para el uso que le dan los sodomitas.

Y fíjense ustedes que en algo discrepo de las palabras del obispo, cuando aconseja una terapia adecuada para salir del infierno gay. Ya sé que es necesario pero corremos el peligro de continuar analizando la homosexualidad como una enfermedad cuando lo cierto es que es una barbaridad. Sí, ya sé que las inmoralidades siempre producen enfermedades, físicas y psíquicas, pero es lo uno lo que lleva a lo otro, no lo otro a lo uno.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com