Incorporará las sentencias del Constitucional y del Tribunal Europeo de Derechos Humanos

La comparecencia del director general de Relaciones con las Confesiones, José María Contreras, este jueves arrojó cierta luz en la opacidad con que el Gobierno maneja la Ley de Libertad Religiosa. Por primera vez tenemos algo parecido a una fecha: se aprobará en este semestre. Según Contreras, en declaraciones a la prensa durante el acto organizado por la Asociación Charles Peguy, existen varios borradores de la ley que se han hecho llegar a las distintas confesiones religiosas.

Al parecer, no ha habido fricciones, pero ¿contempla el borrador la presencia de símbolos religiosos en espacios públicos?, le pregunta Hispanidad. Contreras duda un instante y admite que ningún borrador se refiere a ese aspecto, pero que la ley tendrá que recoger las distintas sentencias, como la polémica sentencia Lautsi o la que obligó al colegio Matías Picabea de Valladolid a retirar un crucifijo a petición de los padres de un alumno.

La respuesta deja en evidencia dos cuestiones: el Gobierno está engañando a las confesiones religiosas enseñándoles un borrador al que después incorporará lo que le venga en gana; en segundo lugar, el modo en que se interpreten esas sentencias puede llevar a una regulación que extrapole la presencia de símbolos religiosos en espacios públicos, desde la cruz del Valle de los Caídos hasta las miles de cruces situadas en plazas y calles españolas.

Lejos de ser una cortina de humo frente a la crisis, el Ejecutivo pretende coger con el pie cambiado a quienes puedan manifestarse en contra de esa legislación, su opacidad es más que sospechosa y parecen querer una Ley de la Memoria Histórica II, pero sin tanto revuelo.

No obstante, de las palabras del director general de Relaciones con las Confesiones (antes Asuntos Religiosos), se pueden deducir algunos de los aspectos que tratará la ley:

- Contreras comenzó pidiendo una reflexión sobre el hecho de las leyes del suelo hayan pasado de tener en cuenta la dotación de suelo para cuestiones religiosas a no mencionar este asunto. Ya se sabe que cuando un gobernante pide una reflexión, te acaba clavando una ley.

- El trato jurídico de los ministros de culto o su régimen de seguridad social.

- El descanso semanal. Este asunto abriría la posibilidad de que un musulmán negocie que el viernes es su día de descanso.

- El derecho a acceder a subvenciones para realizar labores caritativas, la necesidad (según el Gobierno) de objetivar el concepto de notorio arraigo y responder a la pregunta de a qué número corresponde. De modo que no se trata de retirarle al catolicismo este carácter, sino de concedérselo a otros: cuando todos tengan notorio arraigo, el concepto quedará desvirtuado. Recordemos que, junto a la religión católica, tienen notorio arraigo la musulmana, la judía y la protestante.

- Definir si son inviolables los lugares de culto y si lo son todos.

A pesar de la enumeración de cuestiones, queda por saber en qué sentido piensa regularlas el Gobierno. Por el momento, el oscurantismo es la tónica dominante.

Rodrigo Martín

rodrigo@hispanidad.com