Cecilia Fernández se presenta como "progresista", mientras continúa sin enfrentarse a la prensa
Probablemente, la Argentina sea una de las pocas democracias del mundo en las que el presidente del Gobierno no admite preguntas de la prensa -comparece ante los medios pero sin soportar réplicas ni aclaraciones- y su esposa, Cristina Fernández, favorita para sucederle en la Casa Rosada, llegue a la Presidencia sin estrenarse como entrevistada. De hecho, sus diálogos con los medios casi tienen por escenario sus viajes al extranjero.
El martes los Kirchner volvieran a escenificar otra de sus parodias en el distrito bonaerense de Chivilcoy: El todavía presidente no se cansó de repetir que a quien había que escuchar era a su esposa, pero no había manera de hacerlo callar. Al final, dio pábulo a quienes consideran que Kirchner se perpetúa en el poder a través de su esposa.
Sospecha que se vio acentuada tras la intervención de la futura presidenta de Argentina, cuya declaración más profunda fue la siguiente: "Ser progresista es apostar a la vida, al progreso, a la tolerancia y a la vida en democracia, y no hablar difícil y estar serios".