Y Enric Juliana opinaba en Onda Cero al revés que García Abadillo : Ibarretxe no es un ciudadano más ante la ley, como tampoco los congresistas, senadores, el Presidente del Gobierno, porque todo ellos tienen una condición especial, la inmunidad. Un diputado no puede ser procesado por la inmunidad parlamentaria, que está creada para evitar una colisión continua entre el poder judicial y el ejecutivo. Forma parte de la genética de la democracia occidental. La propia existencia de esta cautela indica que la relación entre política y justicia está regulada por unos códigos. Hay presión por ambos lados. La presión no sólo se expresa en las manifestaciones en la calle, sino que hay otras formas de presión importantes. Añadía Juliana que el problema de las leyes es que los jueces tienen la obligación de aplicarlas pero también de interpretarlas. Aquí estamos ante un caso de que la ley se puede interpretar en una dirección o en otra, y la interpretación es política.