Los Reyes Magos vienen de Oriente, guiados por la estrella de Belén. Encontrarán a Jesús y le adorarán ofreciéndole oro, incienso y mirra. Los niños les dejarán sus zapatos, con la petición de los regalos que desean recibir de sus Majestades.

 

Asimismo, el informe sobre muñecos venenosos divulgado por el equipo de indagadores norteamericanos, New York Public Interes Reserch Group, dio a conocer una lista de marionetas reconocidas como peligrosas para la salud de los chiquillos. Tracy Schelton, letrada protectora del usuario, señaló que se inspeccionaron 1.500 artilugios para criaturas que incluyen plomo y argento vivo. Uno de cada tres juguetes examinados contenían altos niveles de productos peligrosos, explicó Schelton.

Casi todos los juguetes inseguros son fabricados en los países asiáticos. En efecto creo que todos los juguetes que tenemos aquí son están fabricados en China. Esta fue una noticia muy llamativa y para nosotros fue muy molesto encontrar que hay tantos juguetes peligrosos, declaró Schelton.  

Algunos de los juguetes constituyen un peligro para la salud, impulsan a la violencia, bloquean a los críos y se tornan inactivos y caprichosos, los relacionan con héroes que suscitan malos hábitos alimenticios, empujan al sexismo, el consumismo y estilos de vida equivocados. Todo esto hay que tenerlo en cuenta antes de adquirir juguetes para los hijos.  

Evitar los juguetes tóxicos, no comprar productos fabricados con plástico que los niños puedan llevarse a las tragaderas, ya que se utilizan néctares que se despegan y son cancerígenos. También, eludir los juguetes que incluyan partes pequeñas desprendibles y que pueden ser tragadas por los pequeños y causar su defunción.

Antes de comprar conviene preguntarse: ¿Es seguro? ¿Ayuda a mi hijo a interactuar positivamente con los demás? ¿Promueve la armonía o la violencia? ¿Le permite desarrollar su creatividad o la limita? ¿Le da elementos para desarrollar su intelecto?

La formación y educación de los chiquillos requiere la actuación y el esfuerzo constante de los progenitores. Tratar de suplirlo con juguetes es buscar algo tan utópico como conseguir una máquina para educar.

Clemente Ferrer 

clementeferrer@yahoo.es