Nuevamente, el Papa hace teología social, o, si lo prefieren, economía cristiana. El Papa Wojtyla, aprovechando la toma de posesión del nuevo embajador guatemalteco ante el Vaticano, se refirió a la caída de los precios agrícolas en los mercados internacionales (mercados financieros, se entiende).

Sr. Director:

La lucha contra la corrupción y la pobreza fueron las prioridades que Juan Pablo II propuso este jueves al Gobierno de Guatemala al recibir a su nuevo embajador ante la Santa Sede.

En su discurso, el Pontífice alentó al Ejecutivo, dirigido por el presidente Óscar Berger Perdomo, en su deseo "por combatir la corrupción en todas sus formas" y "por reducir la desigualdad entre quienes lo tienen todo y aquellos que carecen de lo necesario".

"La transparencia y honradez en la gestión pública favorecen un clima de credibilidad y confianza de los ciudadanos en sus autoridades y sientan las bases para un desarrollo conveniente y justo", señaló en las palabras que dirigió al embajador Juan Gavarrete Soberón.

"En esta tarea -aseguró el obispo de Roma-, los responsables públicos encontrarán en la Iglesia, desde la sencillez de sus recursos pero con la fuerza de sus firmes convicciones, la colaboración adecuada para la búsqueda de soluciones, reconociendo los esfuerzos para hacer crecer la conciencia y responsabilidad de los ciudadanos y fomentando la participación de todos".

El "otro problema" de Guatemala mencionado por el Papa en el encuentro, que tuvo lugar en al residencia pontificia de Castel Gandolfo, es "el de la pobreza, que incide en la existencia de muchos de sus conciudadanos".

"El esfuerzo por atender las necesidades de los más desheredados debe considerarse una prioridad fundamental", indicó.

"Me complace que su Gobierno lo tenga como un objetivo al que dedicar esfuerzos y recursos", reconoció.

"Entre los que sufren esa lacra social muchos pertenecen a las poblaciones indígenas -denunció-. Aunque es verdad que entre ellas están quienes han logrado acceder a una vida más digna, con mayores oportunidades educativas y con mayor presencia en el escenario nacional, otros están sumidos en la pobreza y la marginación".

"Las aceleradas transformaciones de la economía internacional y los descensos en el precio de los productos agrícolas han colocado a muchos de ellos en una situación difícil", explicó.

"La Iglesia, madre y maestra fiel a su misión, acompaña de cerca a tantas familias campesinas que viven hoy las consecuencias de esta crisis", recordó el pontífice.

"Éste es otro de los campos donde la colaboración entre las diversas instancias públicas y la comunidad eclesial encuentra un terreno fértil para atender y promover a los pobres", concluyó.

El nuevo embajador guatemalteco ante la Santa Sede es el empresario Juan Gavarrete Soberón (Ciudad de Guatemala, 1942), caballero de la Orden Ecuestre de San Silvestre Papa.

ZENIT.org