Y las cajas dan un ultimátum a Del Rivero: o se resuelve la refinanciación de la deuda, o apoyarán a Carceller como presidente.
La sesión que el Consejo de Administración de Repsol celebrará el miércoles 28 ha venido precedida por la celebrada en el mañana del lunes -sesión extraordinaria- en la constructora Sacyr. Luis del Rivero consiguió que Demetrio Carceller no se postulara con un cambio en la Presidencia pero las cuatro cajas de ahorros presentes en el accionariado con un 14,5% del capital, dieron un ultimátum a Del Rivero: o se soluciona ya la refinanciación de la deuda de 5.000 millones de euros con los que se compró el 20% de Repsol, o aceptarán la oferta de Demetrio Carceller quien se postula como presidente en sustitución de Luis del Rivero.
Pero lo más grave es que en el delicado equilibrio de fuerzas José Manuel Loureda empieza a estar razonablemente harto de Luis del Rivero. Por vez primera, el socio fundador de Sacyr ha tomado distancias contra una política de Del Rivero que considera demasiado personalista. No tanto como para apoyar a Carceller como presidente pero sí como para pedirle que renuncie a su sueño de ser presidente de Respol, una participación que ya pesa como un losa.
En resumen, puede darse el pequeño absurdo de que el primer accionista de la petrolera acuda dividido a la primera reunión del Consejo que se celebra tras hacerse público el acuerdo entre Sacyr y la compañía mexicana PEMEX para hacerse con el control de Repsol.
No olvidemos que Sacyr cuenta con tres vocales en Repsol: Del Rivero, Loureda y Juan Abelló, uno de los principales adversarios de Luis del Rivero.
Eulogio López
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