La visita de su Santidad a la ciudad que me vio nacer tiene un significado muy grande para todos aquellos que estamos viviendo la transfiguración de nuestra sociedad.
El futuro de nuestro país está oscuro e incierto pues aunque el Partido Popular gane las próximas elecciones el Gobierno Socialista nos ha dejado el país en una ruina total moral y económicamente.
Jamás hubiera podido imaginar que Madrid hubiera podido convertirse en una ciudad en donde la gente joven pudiera drogarse en parques y vías públicas como pasó en décadas anteriores.
Hoy en día la moral de nuestra Sociedad completamente está por los suelos, debido al desempleo y a gobernantes corruptos que han convertido nuestro país en una versión moderna de Sodoma y Gomorra en donde no existe la moral, la ética o la religión entre los políticos actuales. En un país en donde conscientemente se ha implantado el aborto y la eutanasia que son prácticas contrarias de preservar la vida humana, así como los instintos que Dios nos impone en nuestras conciencias en el momento de nacer.
¡Me hace pensar y reflexionar que quizás y ojala sea así! Un milagro podría suceder con esta visita del Papa tan deseada por muchos adultos y que quizás fue proyectada de antemano para despertar la conciencia de nuestra gente joven y hacerlos reaccionar para que cambien sus hábitos de libertinaje por un sistema de vida mucho más digno y seguro.
Yo que seguí muy de cerca la primera visita de mi querido admirado Papa el Beato Juan Pablo II, pude experimentar en aquellos días el cambio tan radical que aquella visita produjo en millares de jóvenes procedentes de todo el mundo que se desplazaron a la ciudad de Denver, en el Estado del Colorado en Estados Unidos para así rendir con su juventud y sus corazones llenos de Fe y entusiasmo el reconocimiento de la existencia de Dios Nuestro Creador y sus mensajeros el Clero Eclesiástico que con tantos sacrificios están extendiendo el Mensaje de Dios por todo el mundo.
El resultado del World Youth Day "Día de la Juventud" fue eminente pues produjo miles de conversiones, así como también fomento el deseo en muchos jóvenes de el querer consagrar sus vidas a Dios y entrar en seminarios.
Es importante que fomentemos en nuestros hijos la Fe y el entusiasmo de conservar ideales y sobre todo las creencias religiosas para que al crecer con estas cualidades impulsen sus vidas por la lucha de un mundo mejor.
De esta gente joven depende hoy en día un futuro mejor pues ellos van ha ser los mensajeros de estos principios e ideales que les inculcamos para lograr este cambio que todos deseamos y anhelamos.
Concepción M. Losada