Sistema electoral proporcional, donde cada ideología, y a veces hasta cada idea, tiene cabida.
Austeridad institucional: unicameral, la Knesset cuenta con 120 escaños. Con 15 ya eres grande, y el vencedor de las recientes elecciones no ha alcanzado los 30. No hay barreras de entrada al sistema, y los partidos son ferozmente independientes aunque se coaliguen en bloques parar formar mayorías. Existe disciplina de voto pero la proporcionalidad hace que la fuerza radique en el elegido, no en su formación.
A más proporcionalidad más democracia, pero en España y en Europa se asegura que eso dañaría la inestabilidad del sistema. Pues bien, hablamos de un país que vive en guerra desde su creación en 1948, porque sus vecinos no aceptan su existencia. Es decir, hablamos de un país que necesita, más que ningún otro, estabilidad y continuidad, especialmente en su política exterior y de defensa. Pues bien, ahí lo tienen. Parece como si la proporcionalidad les forzara a entenderse.
Y ahora comparen su sistema como el español, marcado por la disciplina de voto, la partitocracia, el sistema federalmente mayoritario y las barreras de entrada para las nuevas formaciones.
Elijan.
Eulogio López
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