• Más del 90% de los más de 40.000 habitantes de la ciudad de Qaraqosh, casi todos cristianos de la Iglesia siro-católica, han huido en los últimos dos días ante la ofensiva de los yihadistas sunitas.
  • "Es necesario intervenir de inmediato para poner fin al deterioro de la situación, trabajando no sólo a nivel de ayudas humanitarias, sino también política y diplomáticamente", afirma.
  • Mientras, la organización yihadista sunita del Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL) ha proclamado el Califato Islámico.
  • Y eleva la beligerancia de sus declaraciones: "La nación (islámica), el mejor de los pueblos (...), triunfó y puso fin a dos de los mayores imperios conocidos en la historia de la Humanidad en sólo 25 años". 
Como se sabe, la organización yihadista sunita del Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL) ha proclamado el Califato Islámico y ha nombrado califa a su líder, Abú Bakr al Baghdadi. La nueva organización se declara Estado independiente y reclama que todos los musulmanes del mundo le juren fidelidad.

En un preocupante aumento del lenguaje belicista, el portavoz del EIIL, Abú Muhammad al Adnani, aseguraba en una grabación: "El Estado Islámico representado por la autoridad de su pueblo, la voz de sus dirigentes, líderes y el Consejo de la Shura ha resuelto anunciar el establecimiento del Califato Islámico". Y añadía: "La nación (islámica), el mejor de los pueblos (...), triunfó y puso fin a dos de los mayores imperios conocidos en la historia de la Humanidad en solo 25 años", recuerda el portavoz del ISIS. En ese sentido, señala que la nación islámica "sigue siendo la mejor y sigue teniendo honor". "El Dios de la nación de ayer es el mismo Dios de la nación de hoy y quien nos dio la victoria ayer nos la dará hoy".

En ese contexto de guerra civil en Irak entre los yihadistas sunitas y el Gobierno chiita, como siempre, los cristianos son perseguidos.

Por ejemplo, más del 90% de los más de 40 mil habitantes de la ciudad de Qaraqosh, casi todos cristianos de la Iglesia siro-católica, han huido en los últimos dos días ante la ofensiva de los yihadistas sunitas, que han sometido la zona urbana lanzando misiles y granadas. Entre los pocos que quedan en la ciudad se encuentran el arzobispo de Mosul de los Sirios, Yohanna Petros Moshe, algunos sacerdotes y algunos jóvenes de su iglesia, que han decidido no huir. En los dos últimos días, han llegado a la ciudad armas y nuevos contingentes para reforzar las milicias kurdas peshmerga que se resisten al avance de los yihadistas sunitas. La impresión es que se está preparando el terreno para un enfrentamiento directo, publica Fides.

Los terroristas sunitas piden a las milicias kurdas que se retiren. Pero los peshmerga kurdos no tienen ninguna intención de permitir que los insurgentes se acerquen a las fronteras del Kurdistán iraquí.

En esta dramática situación, desde Qaraqosh el arzobispo Moshe a través de Fides hizo  un llamamiento humanitario urgente a la comunidad internacional: "Ante la tragedia por la que atraviesa nuestro pueblo, hago un llamamiento a la conciencia de los líderes políticos de todo el mundo, a las organizaciones internacionales y a todos los hombres de buena voluntad; es necesario intervenir de inmediato para poner fin al deterioro de la situación, trabajando no sólo a nivel de ayudas humanitarias, sino también política y diplomáticamente. Cada hora, cada día perdido, hace que se corra el peligro de llegar a una situación irrecuperable. No podemos dejar pasar días y semanas en la pasividad. La falta de acción se convierte en complicidad con el crimen y en abuso de poder. El mundo no puede hacer la vista gorda ante la tragedia de todo un pueblo que huye de sus casas en unas pocas horas, llevándose consigo sólo la ropa que tiene puesta".

El arzobispo siro-católico de Mosul describe en pocas palabras emocionadas las condiciones especiales de los cristianos en el recrudecimiento de los conflictos sectarios que están poniendo en riesgo la supervivencia misma de Iraq: "Qaraqosh y las otras ciudades de la llanura de Nínive ha sido durante mucho tiempo lugares de paz y convivencia. Nosotros, los cristianos estamos desarmados, y como cristianos, no hemos alimentado ningún conflicto ni problema con los suníes, chiíes, kurdos u otras realidades que conforman el país de Iraq. Sólo queremos vivir en paz, trabajando con todo el mundo y en el respeto hacia todos".

El sacerdote siro-católico Nizar Semaan, colaborador del Arzobispo Moshe, explica a Fides que el llamamiento "también se dirige a los gobiernos europeos y occidentales que a menudo hablan de los derechos humanos de forma intermitente e interesada, hundiéndose después en un silencio cómodo cuando sus operaciones y sus análisis de los problemas de Oriente Medio se revelan miopes y desastrosos. Para ser claros, el arzobispo no pide que se resuelva la situación mediante el envío de más armas a Oriente Medio. Han sido también las intervenciones armadas occidentales las que han desencadenado el caos lleno de sangre y violencia que perjudica a nuestro pueblo".

José Ángel Gutiérrez
joseangel@hispanidad.com