Mucho se está especulando sobre la incapacidad de nuestro Gobierno para sacarnos del socavón en el que nos ha sumergido.
Observamos una enorme pasividad ante problemas tan graves y relevantes (aunque en los últimos días se han multiplicado para hacerse gran cantidad de fotos), actúan de forma desatinada y vacilante, al tiempo que se ponen las anteojeras para no ver ni enterarse de cuanto se comenta sobre esta situación en nuestro país y en el exterior.
Inocente apreciación pensar que es incompetencia, solamente justificable en quienes desconozcan el percal.
Son ya seis años para no saber que todo lo que hace o dice nuestro presidente es materia de desconfianza; por ello, en cuanto a la comisión que se acaba de inventar, todo el mundo se pregunta: ¿dónde está la trampa?
El Sr. Zapatero no quiere sacarnos de la crisis. Aunque lo parezca, no es disparatada esta afirmación y mostraré la razón de ello. Andalucía, una magnífica región, pero la última, social y económicamente hablando, de toda la UE, se ha mantenido durante muchos años como El Cortijo de Chávez, gracias a las subvenciones, limosnas y el PER, con los que se compra el voto. Poco les ha importado a los andaluces carecer de una economía robusta, si les estaban pagando suficiente para ir tirando. Poco les ha preocupado la destrucción de valores en la educación de sus hijos, si el cacique les alimentaba.
Este sistema de Gobierno ha sido exitoso para el PSOE y Zapatero lo quiere trasladar a toda España, para lo que ha contratado al artífice de ello, D. Manuel Chávez, el llamado ministro del paro en tiempos de Felipe González. Y lo ha fichado cuando ha comenzado la crisis, para instaurar el sistema de subvenciones en España que es la mejor forma de comprar los votos y hacer de todo el país su cortijo.
¿No compra los votos en el Congreso con nuestro dinero? Pues lo mismo intenta hacer con los ciudadanos. Y para poder hacerlo, necesita que los ciudadanos no tengan trabajo.
Pablo Delgado Escolar