Sr. Director:
En estos días de vacaciones en Andalucía, leo horrorizado la impresionante frecuencia de incendios forestales. Parece ser que algunos han sido provocados. El salvajismo que ha precedido, seguido de tales desgracias, es impresionante. Cientos y cientos de animales muertos y heridos de especies silvestres, probablemente únicas en Europa.
No he oído a organizaciones ecologistas reaccionar de manera adecuada ante tal monstruosidad. En unas propiedades o reservas de caza, al día siguiente cazadores furtivos han entrado y asesinado a animales y reses heridas o asustadas para llevarse los "trofeos". Al parecer, con total impunidad. Esto, en
Sin embargo, que un lince haya sido atropellado -involuntariamente- cerca de Doñana, provoca una reacción de la prensa desproporcionada al hecho en sí. El agravio comparativo de las reacciones ecologistas ante estos hechos casi simultáneas, hace daño. La gran mentira que existe al tratar estos temas produce asco. La tragedia del Prestige movió y conmovió a España entera. Pocas personas se sienten afectadas por los incendios. No he oído a demasiados gobernantes actuales rasgarse las vestiduras por los daños de tales incendios. Tampoco, desgraciadamente, el PP ha organizado una protesta en toda regla por la imprevisión manifiesta de nuestros gobernantes. Hay silencios que son indignantes.
Ignacio Bernar
igber@telefonica.net